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domingo, 27 de agosto de 2017

Playa al Sur de Gran Canaria, España: Tuvimos que montar y cargar nuestros fusiles Cetme. Fue bajar ahí, estar unos segundos, y empezaron a aparecer sombras por todos lados. Eran como diez o quince «sombras» de figuras humanoides estilizadas. Medían unos dos metros y se deslizaban sobre la playa sin tocar el suelo, como levitando. Vaciamos todo el cargador, pero las balas no les hacían nada.

Playa al Sur de Gran Canaria, España: Tuvimos que montar y cargar nuestros fusiles Cetme. Fue bajar ahí, estar unos segundos, y empezaron a aparecer sombras por todos lados. Eran como diez o quince «sombras» de figuras humanoides estilizadas. Medían unos dos metros y se deslizaban sobre la playa sin tocar el suelo, como levitando. Vaciamos todo el cargador, pero las balas no les hacían nada.



Existen cientos de testimonios donde se recogen encuentros cercanos del Tercer Tipo, es decir, los testigos describen a los tripulantes de naves extraterrestres que o bien han descendido de algún platillo volante o tal vez, esos mismos seres extraterrestres pueden verse a través de ventanillas en las propias naves.


La fisonomía de estos tripulantes, llegados desde remotos sistemas solares o lejanas galaxias, se diferencia principalmente en cuanto a su estatura y conformación craneal. Como han narrado algunos  testigos, muchos de estos seres miden tan solo entre 50 y 60 cm*, incluso menos, mientras que otros rebasan los 2 metros y medio, incluso tres. Los hay de aspecto nórdico, pero también otros cuya evolución tendría un origen reptiloide… deberíamos por tanto pensar que en la evolución de los seres vivos inteligentes tendrían cabida infinitas posibilidades...

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*(En el libro Solo para tus ojos, del investigador español J.J. Benítez, se describen encuentros con seres extraterrestres muy pequeños, algunos de ellos con menos 30 cm y conformación antropomorfa.  He aquí, tres ejemplos de extraterrestres diminutos recogidos en dicho libro:

El investigador J.J. Benítez

MALASIA

Entre 1970 y 1991 se registraron en Malasia un total de catorce avistamientos de ovnis y tripulantes de pequeñas dimensiones. He seleccionado tres casos. La información me fue proporcionada por Ahmad Jamaludin, investigador de la región.

Veamos:

... En la tarde del 19 de agosto de 1970, seis niños informaron de la presencia de un objeto en las cercanías de la escuela de Bukit Mertajam, en el estado de Penang...
Tenía forma de plato y no medía más de un metro... El miniovni aterrizó en el jardín del colegio y de él salieron cinco criaturas de 3 pulgadas de altura cada una [algo más de seis centímetros]...

Uno de los seres vestía un buzo amarillo; los otros llevaban uniformes azules... Y los niños observaron cómo los hombrecillos amarraban un cable a la rama de un árbol... Los nombres de los testigos son:
Mohamad Zulkifli, de once años; Abdul Rahim, de diez; David Tan, de nueve; Sulaiman, de diez; Vickneswaran, de diez, y Mohamad Alí, de ocho... La criatura con el uniforme amarillo presentaba dos antenas en la cabeza... Uno de los niños (Vickneswaran) hizo ademán de coger a uno de los seres, pero el de las antenas le disparó, hiriéndole en una pierna... Los seres regresaron al objeto y desaparecieron.

Segundo caso:
... Base de la Fuerza Aérea de Malasia en Kuantan... 1975... Varios muchachos que jugaban en el interior de la base aérea, pertenecientes a la escuela primaria de la misma, fueron testigos de la presencia de una criatura de 3 pulgadas [seis centímetros]... Uno de los niños —Paul Lazario— aseguró que el hombrecito se hallaba cerca de una cloaca... Presentaba dos antenas en la cabeza y portaba una especie de barra metálica en la mano izquierda... Algo parecido a una pistola colgaba del cinto...


El tercer testimonio se registró en mayo de 1991.
... Sucedió en Kuala Terengganu, al noreste de Malasia... Testigos: varios niños de la escuela primaria de Sultán Sulaiman... Los hechos se produjeron los días 12 y 13...
A las 15 horas, durante el recreo, los niños se aproximaron a la valla exterior y pudieron contemplar a decenas de criaturas, muy pequeñas, que salían de un agujero en la tierra... Tendrían seis o siete centímetros y vestían de rojo... Uno de los testigos —Nor Zaidi, de ocho años— aseguró que intentó atrapar a uno de los seres, pero éste le pinchó (?) en una mano... Los maestros pudieron comprobar la herida...)





Seré sincero. Durante años, las informaciones procedentes de Malasia me dejaron confuso. ¿Decían la verdad los testigos? ¿Por qué siempre eran niños?
Y en 1994 llegó la sorpresa. Un fotógrafo catalán había logrado captar dos imágenes de un ovni invisible (que nunca vio) y que medía alrededor de cuarenta o cincuenta centímetros de diámetro. El fotógrafo (Arbós) se hallaba en la sierra de Collserola, en Barcelona (España). En esos momentos fotografiaba la fuente del Bon Pastor. Al revelar la película, en dos tomas sucesivas, apareció la pequeña nave...




(NOTA: A continuación fotografías en color del libro MIS OVNIS FAVORITOS, también del mismo investigador J.J. Benítez relacionadas con el mismo caso, un OVNI de 40 o 50 cm fotografiado en la fuente del "Bon Pastor", en la sierra de Collserola (Barcelona, España))






 
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Tampoco debemos obviar que muchas de esas civilizaciones extraterrestres, millones de años más avanzadas que la nuestra dominen a la perfección el “lenguaje del ADN”, es decir, que son capaces de “ordenar adecuadamente el código genético”, bien para prolongar su propia existencia o quizás para “crear a otros seres subordinados” que realicen los trabajos más tediosos o peligrosos, una especie de “cyborgs biológicos” altamente inteligentes.

En Internet circula un documento fotografiado, cuyo origen pudiera ser alguna Agencia de Inteligencia, donde se describe a una civilización extraterrestre que habita tres planetas en el sistema estelar de Alfa Centauro A. En la descripción se incluye a una raza inteligente, creada artificialmente y de origen vegetal.

He aquí una pequeña transcripción (el resto de la información puede encontrarse en este mismo blog  Transcripción documento Habitantes de Alfa Centauro A:
http://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es/2012/10/transcripcion-documento-habitantes-de.html



 INFORMACIÓN ACTUAL DISPONIBLE

De la información en poder de los estados se desprenden los siguientes datos:

Procedencia y características: Las dos razas extraterrestres tienen sus orígenes en el Sistema planetario de Alfa Centauro A, a casi 4.3 años luz y que es una estrella muy similar a nuestro sol, se les conoce una colonia en Tau Ceti a 11,5 años luz. La primera es una especie casi idéntica al ser humano y habita en tres de los seis planetas de su sistema. Su nivel tecnológico le ha permitido situar a los astros en una misma órbita, permitiendo así su colonización gracias a las óptimas condiciones. Hablan una lengua aglutinante parecida al turco en su pronunciación. En ocasiones no han dudado en atacar interceptores. Son una forma evolucionada de animales, poseen sexo (macho y hembra) y se comportan como mamíferos. Su esperanza de vida debe ser de siglos o quizás milenios, circunstancia probablemente motivada por su elevada tecnología.

Su civilización es una democracia en extremo parecida a las de la Tierra. No obstante los Gobernadores no son individuales sino que se presentan en un proceso electivo por sufragio. Mantienen una federación compuesta por tres clanes gobernadores sobre los tres planetas que habitan. La segunda raza es una forma vegetal extremadamente inteligente, creada por ingeniería genética por la primera pero que a pesar de su naturaleza tiene una apariencia antropomórfica. Su altura es inferior a 1,5 metros y su piel posee una tonalidad verdosa oscura, su morfología es exacta a la de los relatos de abducciones por lo que han venido a denominarse  grises en el argot ufológico. Se comportan de forma totalmente gregaria con respecto a la primera raza y son usados como mano de obra logística y para pilotar sus artilugios espaciales.

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Nuestra galaxia, La Vía Láctea, es sin duda un hervidero de vida, y tarde o temprano, aquellos que tratan de enmascarar esta realidad a la opinión pública, se verán obligados a reconocerlo; entre otras cosas, porque es ya imparable el descubrimiento de miles de exoplanetas, un hecho corroborado por la ciencia oficial: Hasta la fecha de hoy se han descubierto más de 4000 planetas fuera de nuestro Sistema Solar. 



El telescopio espacial Kepler descubrió en el año 2014 el primer planeta llamado Kepler-186f orbitando en la “zona habitable” de una enana roja y situado a 492,3 años-luz de la Tierra. En esta búsqueda incesante de planetas habitables se están utilizando entre otros los telescopios espaciales Hubble o el Spitzer de la NASA; además de muchos otros telescopios terrestres situados en Chile, USA, Sudáfrica o la Isla de La Palma, en Canarias, España, por poner algunos ejemplos.

De este modo, es fácil llegar a la conclusión que en otros mundos, en aquellos que no hayan perecido todavía, afortunadamente, por acontecimientos imprevisibles tales como meteoritos capaces de destruir un planeta, o bien, por el uso descontrolado de la ciencia del átomo, es decir, holocaustos nucleares; los habitantes de esos mundos, en una dinámica natural de conocimiento científico, exploren lugares tales como la Tierra, un sitio este donde el componente social y espiritual dejan mucho que desear arropados por el fanatismo.

Telescopio espacial Hubble

En esta ocasión he traído, recogido en el libro La autopista del misterio, de Bruno Cardeñosa, un hecho poco menos que extraño para nuestro concepto de la realidad, donde unos soldados españoles interactúan con seres extraterrestres de una forma, llamémosla, irracional, puesto que en vez de estudiar y analizar el fenómeno que se les presentaba optaron por formas propias de la milicia.

El investigador Bruno Cardeñosa

Del libro La autopista del misterio, de Bruno Cardeñosa

EL OSO

El Oso no supo guardar el secreto y comentó entre sus amistades lo que le había ocurrido en una playa canaria durante la primavera de 1991. Las primeras pistas sobre el caso quedaron reflejadas en mi cuaderno el 2 de septiembre de ese mismo año. Lo conocían así, como El Oso, debido a su corpulencia física, gracias a la cual, también, formaba parte de un cuerpo de élite del Ejército del Aire.

Éste es otro de esos casos que, oficialmente, no existe.
Fue precisamente durante su trabajo cuando tuvo ese encuentro, espectacular, con humanoides. Ha ocurrido en muchas ocasiones durante operaciones militares. No sé por qué, pero como vengo diciendo... es así. Cuando uno empieza a buscar respuestas en relación a estas temáticas se da cuenta de que las preguntan abren nuevas cuestiones. Así, cuando uno ya lleva veinticinco años en esa autopista, la lista de interrogantes es cada vez mayor. Las certezas, eso sí, pese a lo que digan y el qué dirán, son menos pero muy rotundas.

Según aquellos primeros datos, El Oso había abierto fuego contra aquellos «aparecidos». Insisto en que pasa más veces, y reitero en que en no pocas ocasiones el personal militar tiene estos encuentros más a menudo de lo que imaginamos. También suele darse el caso de que este tipo de sucesos, pese a que haya un expediente secreto, no existe oficialmente. Y aunque fuera increíble, no había más que buscarlo. Pregunté aquí y allá en la ciudad en la que vivía. Pronto, la aguja en el pajar comenzó a aflorar, y finalmente estuve frente a él para preguntarle por lo que había vivido, aunque todo tuvo que llevarse a cabo en base a una estrategia y sin ir de cara.

Las Islas Canarias vistas desde satélite.
Miré el reloj. Marcaba las 20:25. Estaba en una cafetería que sabía que él frecuentaba a menudo...
-Oiga, perdóneme -asalté al camarero-, es que he quedado aquí con un amigo y temo que se haya marchado ya.
-¿Quién es?
-El Oso -dije con la seguridad y el gesto, irguiendo la cabeza, que sólo alguien que lo conociera puede tener.
-Pues no sé quién es. La respuesta del camarero me desconcertó. Es cuando el periodista tiene que actuar con celeridad, con energía y, sobre todo, con seguridad.
-Sí, hombre, es un muchacho alto y corpulento -lo describí lo mejor que pude-, que viene a veces por aquí. Es militar y está destinado en Las Palmas.
-Ahh... -Otro camarero que estaba en la barra también atendiendo a los clientes cayó en la cuenta-. Sí, hombre, el de María.
«Ése, ése.... », -Dije sin decir, sólo con el gesto. La tal María, claro, debía de ser la madre.
-¿No ha venido?
-Creo que ya no está por aquí, que se ha vuelto a Canarias.
-¿Hace mucho rato que se ha ido? -insistí, haciéndome el despistado, como si hubiera oído otra cosa diferente a la que me había dicho.
-No -precisó-, no ha venido, no está por aquí.

No me importó que me cazara o no en la mentira que le estaba soltando. La cuestión era sacar la información, saber cosas, conocer su nombre, saber dónde vivía. Y lo conseguí. Me dio la dirección. Efectivamente, el camarero lo conocía y sabía la verdad. También María, la madre, con quien hablé unos minutos a través de telefonillo del portal de su casa. Era, por tanto, cuestión de esperar.

Las Palmas de Gran Canaria
Viajé a Las Palmas. Durante mi estancia -a uno no le sobraba el dinero, pero en esas fechas tenía lugar un congreso y los organizadores pagaban el viaje y la estancia de los conferenciantes, entre los que me encontraba-seguí las pistas sobre un caso muy llamativo que se había producido el 22 de mayo de 1991, cuando el piloto de un F-1 de la base aérea de Gando falleció durante un scramble, que es el nombre con el que se conoce a las operaciones aéreas de identificación tras la alerta, visual o por radar, de la aparición de un objeto no identificado que, en la mayor parte de las ocasiones es un avión de otra nacionalidad que ha invadido, queriendo o sin querer, el espacio aéreo del país en cuestión; otras veces se trata de aviones que no se han identificado, asociados al tráfico de drogas, o ecos falsos que han aparecido en las pantallas de radar. Pero en aquella ocasión no hay pruebas de que se tratara de algo conocido. Las actas del aeropuerto de Gando explican que el accidente se produjo a las 4:34 horas de la madrugada, hora a la cual no se efectúan vuelos salvo en ocasiones excepcionales. El secreto se apoderó del suceso; nunca se hallaron restos del avión que se accidentó fuera de aguas jurisdiccionales españolas.


OVNI fotografiado en la isla de Gran Canaria el 22 de Junio de 1976, España.
Lo cierto es que durante los días de aquel incidente -en los cuales también acaeció el suceso de El Oso-se produjo una oleada de avistamientos ovni y los radares detectaron su presencia, en concreto el 3 de junio. Lo que decía el parte de novedades -elaborado por un controlador militar-que mi contacto en las islas pudo conseguir es lo siguiente:
14:15: Tráfico entre 64-70 N-W. Se llama a la base para saber qué tráfico hay. Todos en tierra. El Jefe de Sala hace gestiones con la Guardia Civil por si hay helicópteros. Dice que no hay ninguno allí.
14:30: Comunico a Papayo alerta y control de tráfico no identificado. Tampoco saben lo que es.

EVA-21 (Estación de Vigilancia Aérea nº 21)
Y en Papayo tomarían las decisiones oportunas, porque Papayo es el nombre que en la jerga militar se conoce al radar que vigila y controla toda la zona de las Canarias. Más exactamente, el nombre es EVA-21 (Estación de Vigilancia Aérea 21). En entonces cuando tendría lugar el scramble que, en este tipo de casos, suele ordenarse. Aproximadamente, en todo el territorio español se producen cuatro al mes; sin embargo, sólo se han reconocido ocho en los documentos oficiales desclasificados.
Hubo que esperar varios meses para poder colocar una grabadora delante de El Oso. Al final se consiguió, y relató lo ocurrido aquellos dos días de mayo o junio de 1991. Lo que vivió es digno de una película de terror:
«Formaba parte del cuerpo de élite de la Policía Aérea. Aquella noche prestaba guardia, y un capitán al que no había visto nunca y un sargento entraron en el destacamento. Les preguntamos qué ocurría y sólo nos dijeron: “Ya veréis”, y nos informaron de que estábamos en alerta. »


Y es que por lo visto, otra vez EVA-21 tenía notificación de algo extraño en los cielos: se detectaron ecos no identificados en el sur de la isla, y los soldados de aquel destacamento, ocho en total, fueron conducidos por los dos oficiales para una acción rápida. Subieron a bordo de un helicóptero SuperPuma del Servicio de Alerta y Rescate perteneciente al 802 Escuadrón, que los condujo a una de las inmensas playas del sur de la isla. Bajaron a la arena y el helicóptero permaneció a unos cien metros de altura.
«Tuvimos que montar y cargar nuestros fusiles Cetme. También nos ordenaron llevar bengalas y bombas de humo. Todas las órdenes las daba aquel capitán al que no había visto nunca... Fue bajar ahí, estar unos segundos, y empezaron a aparecer sombras por todos lados. »
Eran como diez o quince «sombras» de figuras humanoides estilizadas, de las que percibió sólo la silueta oscura; por eso las definía como «sombras». No distinguió rasgo alguno. Medían unos dos metros y se deslizaban sobre la playa sin tocar el suelo, como levitando. Surgieron... de la nada.

El misterioso capitán les ordenó abrir fuego:
«Vaciamos todo el cargador, pero las balas no les hacían nada, y eso que estaban tan sólo a unos diez metros de nosotros. Estuvimos así unos tres cuartos de hora. Cada vez que abríamos fuego y disparábamos una ráfaga contra aquellas siluetas, éstas se desvanecían y hacían acto de presencia en otro punto de la playa. El procesos e repitió varias veces.
»En una de las ocasiones llegamos a realizar una maniobra en forma de U, es decir, que los rodeamos, pero ¡no podíamos disparar! Podríamos habernos matado entre nosotros. Si las balas atravesaban aquellos seres como si en realidad no existieran, acabarían en el cuerpo del soldado que teníamos enfrente. Mientras tanto, recuerdo cómo los perros pastor alemán que iban con nosotros ladraban como si estuvieran aterrorizados. Llegamos a lanzar bengalas para iluminar la zona, pero entonces las sombras desaparecían y sólo veíamos nuestras huellas. Cuando todo volvía a estar oscuro... regresaban.»


Helicóptero SuperPuma del S.A.R. (Servicio de Alerta y Rescate) español.
Huelga decir que recibieron la orden de mantener silencio absoluto.
El fenómeno cesó tan inexplicablemente como había empezado, pero dos semanas después la escena volvió a repetirse. De nuevo, el misterioso capitán y el sargento sin nombre aparecieron otra vez en el cuartel e hicieron salir a los muchachos. La historia volvió a repetirse casi exactamente igual. Del capitán, de aquel hombre que se apellidaba Santos, jamás supieron nada más.
Racionalmente, a sabiendas de que aquello sí sucedió, cabe pensar que los soldados fueron objeto de un experimento y alguien decidió poner a prueba el temple y la forma de actuar de los soldados. Eso sí, emplearon para ello una ficción que se parecía, y mucho, a otros sucesos protagonizados por soldados y que enmarcaríamos, si pudiera hacerse, dentro de los llamados fenómenos extraños.


El más similar a este caso es el que ocurrió en la madrugada del 12 de noviembre de 1976 en la base aérea de Talavera la Real cuando dos soldados abrieron fuego en los aledaños de las instalaciones contra una figura humanoide. La única información que existe al respecto son notas de prensa. El Ejército del Aire señaló -oficialmente-que no existió investigación más allá de la recopilación de aquellas notas de prensa. Sin embargo, investigadores como J. J. Benítez localizaron no sólo a los testigos, sino también al juez instructor que se nombró desde las altas esferas para efectuar dicho informe oficial. Según se filtró, aquellos disparos incluso impactaron en un coche próximo que llevaba ocupantes en el interior. Es decir, que aunque oficialmente se diga que el expediente es parco, la verdad es otra muy distinta. Algunas de las fuentes que he consultado me hablan de un voluminoso informe de trescientas páginas. ¿También en este caso los soldados fueron cobayas para un experimento? Siempre y cuando, claro está, el suceso de Gran Canaria fuera eso.


Otro de los casos similares que he podido recoger en primera persona sucedió en 1985 en el campo de pruebas de la Academia General del Ejército de Tierra en Zaragoza. Según uno de los testigos, al que pude entrevistar, los hechos tuvieron lugar durante unas maniobras militares a las cuatro de la madrugada. Los soldados atravesaban el campo militar en un convoy. Repentinamente, un ovni «tan grande como el albero de una plaza de toros » se aproximó a los camiones y los escoltó durante unos cuantos cientos de metros. Uno de aquellos camiones se caló inexplicablemente, como si algo proveniente del artefacto hubiera bloqueado el motor. Posteriormente, los otros camiones del convoy tuvieron dificultades para seguir la accidentada marcha. Entonces, el ovni comenzó a descender, y uno de los oficiales al mando --con un susto que para qué-ordenó a los militares que abrieran fuego a discreción. Los soldados vaciaron sus cargadores, pero las balas parecían no causar efecto alguno en aquel artefacto volante. Era como si el no identificado «absorbiera » los proyectiles, porque tampoco hubo ninguno que cayera posteriormente. Tras los disparos, la nave detuvo su descenso y acabó elevándose a gran velocidad. La pesadilla había terminado, pero cuando los veinte soldados implicados llegaron a sus cuarteles, uno de los mandos les requisó las armas. Después se dirigió con severidad a ellos y les advirtió: «Aquí no ha pasado nada. Queda prohibido cualquier comentario. Si alguno lo hace, nos encargaremos de que se os tome por enfermos mentales.»
¿También fueron cobayas en otro experimento, o cuál era la naturaleza de aquel objeto, acaso la misma que la de los humanoides contra los que abrieron fuego los militares de Gando y Talavera la Real?

OVNI



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