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viernes, 23 de agosto de 2013

La crisis de los misiles en Cuba y la diplomacia extraterrestre.

La crisis de los misiles en Cuba y la diplomacia extraterrestre.



En Octubre de 1962 el mundo se situó al borde de una guerra nuclear. Por aquellas fechas se inició la conocida como “Crisis de los misiles en Cuba” causada por la instalación en la isla caribeña de misiles soviéticos con capacidad nuclear y descubiertos precisamente por un avión espía norteamericano U2 en vuelo de reconocimiento. Los Estados Unidos, de la mano de su presidente John F. Kennedy, reaccionaron con rapidez exigiendo a la URSS el desmantelamiento inmediato de todos los misiles que se estaban instalando en la isla de Cuba. A su vez, Nikita Jrushchov, moviendo ficha, presionó para que los EEUU eliminaran  los misiles  norteamericanos emplazados en Turquía;   incluyendo en el mismo pacto la promesa de que  los Estados Unidos “no invadiesen Cuba en un futuro”,  tal como  fue el intento fallido de “Bahía de Cochinos” que Fidel Castro logró repeler con éxito. Así, durante  la Guerra Fría, las dos  superpotencias, U.R.S.S. y U.S.A, rivalizaron en todos los rincones del planeta buscando sus propias áreas de influencia a la vez que creaban fricciones en exceso peligrosas siendo la crisis de los misiles fue buen ejemplo de ello.


John F. Kennedy
Mientras americanos y rusos jugaban en el tablero de juego pre-bélico, sin poco tiempo de reacción y con unas fichas en exceso peligrosas,  el resto de las naciones observaban no sin cierto temor, cual debería ser el desenlace definitivo de aquella crisis de los misiles, ya que un movimiento en falso, una equivocación, un fallo al interpretar los movimientos del oponente hubiese desencadenado un holocausto nuclear de dimensiones planetarias y de algún modo, esta civilización tecnológica no habría sobrevivido a su propio destino. En teoría, la diplomacia se impuso a las armas, estableciéndose desde entonces un canal de comunicación permanente entre la URSS y USA más conocido como “teléfono rojo”, algo parecido a una vía de comunicación rápida y permanente previo a que hipotéticamente a alguno de ellos se le ocurriese “apretar el temido botón nuclear”.


Nikita Jrushchov
Finalmente las aguas volvieron a su curso, aunque la guerra fría, la tensión entre las dos superpotencias continuara durante muchos años, concretamente hasta la caída del “Muro de Berlín” el  9 de Noviembre de 1989.

Según explica Manuel Navas Arcos en su libro Los Grandes Contactados, la mediación extraterrestre fue fundamental, o al menos ayudo a que definitivamente la “Crisis de los misiles en Cuba” terminara de una forma, por así decirlo, “pacifica”. De este modo, los extraterrestres habrían establecido comunicación con John F. KennedyNikita Jrushchov forzando un desenlace concluyente y diplomático. La lógica de los acontecimientos debería llevarnos a pensar entonces que los seres humanos nos  hemos convertido en “peligrosos con nosotros mismos” y también, seguramente, con el resto de civilizaciones extraterrestres que nos observan con preocupación, teniendo en cuenta que la “ley del libre albedrio”  impediría que esas civilizaciones  actuaran directamente sobre planetas menos desarrollados y a su vez, por pura cuestión moral,  se verían dichos extraterrestres obligados a intervenir en caso de detectar que alguna otra civilización camina hacia su propia autodestrucción, tal y como le ocurrió en su momento a la Atlántida y Lemuria cuando enfrentadas entre sí se aniquilaron mutuamente dentro de un holocausto nuclear hace aproximadamente  30.000 años,  según le explicaron los extraterrestres en su día al contactado Daniel Walter Fry (narrado en este mismo blog: Seis de nuestras naves aterrizaron en el Tibet http://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es/2013/05/seis-de-nuestras-naves-aterrizaron-en.html).


Avión espía U2
Pero…de aquella”Crisis de los misiles de Cuba” ¿Qué conclusiones debieron sacarse? ¿Sirvieron de algo para la humanidad  tales acontecimientos? ¿Los dirigentes de las naciones aprendieron algo de estos hechos pre-apocalipticos? Aparentemente  muy poco, pues todos ellos se hallaban enrocados en un eterno enfrentamiento entre capitalismo y comunismo, sin tener todavía definida la idea de supervivencia planetaria. La lógica nos dice que muchas de  las civilizaciones extraterrestres que visitan la Tierra  lograron en su momento dirimir sus diferencias a nivel planetario de una forma pacífica, sin egoísmos y con un alto grado de “sentido común”, evitando de este modo la autodestrucción de sociedades tecnológicas.

Emplazamiento de misiles en la Crisis de Cuba
(La crisis de los misiles de Cuba: http://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_de_los_misiles_en_Cuba)

En el mismo capítulo, Manuel Navas Arcos narra el encuentro que el también presidente  Dwight Eisenhower tuvo con seres de las estrellas allá por el año  1.954 en la Base de las Fuerzas Aéreas Edwards, California. Según parece, en aquella reunión los extraterrestres le pidieron a Eisenhower que elaborara un plan de concienciación con el fin de explicar a la humanidad sobre la presencia extraterrestre en el planeta Tierra. Eisenhower no acepto aquella propuesta al argumentar que esa revelación, al conjunto de la sociedad, la desestabilizaría totalmente. Pero si enfocamos estos hechos desde otra lógica, los extraterrestres no le habrían pedido el modo exacto de cómo tendría que hacerlo ni tampoco los plazos de la revelación. Sin embargo Eisenhower tomo “el camino de en medio” y desde 1.954 no solamente no se ha producido ningún tipo de concienciación hacia la población en general respecto a la presencia extraterrestre, sino muy al contrario, se ha practicado la “ocultación pura y dura” a excepción de alentar y promocionar desde los consorcios de comunicación (controlados por el Gobierno Mundial secreto) infinidad de películas de ciencia-ficción donde se muestra a los extraterrestres como seres malignos y destructivos y poco mas se ha hecho.

Dwight Eisenhower
En otra vertiente nos encontramos con “la ciencia oficial”, la astronomía descubriendo cientos de exo planetas más allá de nuestro Sistema Solar y donde los científicos insisten constantemente en “la posibilidad de que en alguno de aquellos lejanos exoplanetas pueda encontrarse vida”… Evidentemente, observando la infinidad de fotografías y videos de OVNIS que circulan por Internet, así como cientos de testimonios por parte de personas a lo largo de todo el planeta Tierra, dichos científicos no se equivocan en cuanto a “la certeza de existencia de vida extraterrestre…que visita la Tierra en la actualidad”. Lo que indica que en el mundo de la ciencia falta verdaderamente valentía en cuanto a asumir públicamente la presencia extraterrestre en este planeta.

Nave nodriza extraterrestre
Respecto a la repetida idea, lanzada oficiosamente como hipótesis por ciertas autoridades con el fin de autojustificar el proceso de ocultación y a las consecuencias que conllevaria el conocimiento de la realidad extraterrestre por parte de la población en general y que este hecho terminaría por desestabilizar la sociedad en su conjunto, yo personalmente no estoy de acuerdo; si  dicha concienciación se hiciese de una forma paulatina e inteligente por quienes gobiernan los países. Se entiende que se terminarían modificando muchas cosas; por ejemplo la economía tal y como la entendemos en la actualidad seria una de ellas, pero también otras como la medicina, la cual avanzaría en un desarrollo inimaginable llevado de la mano de civilizaciones extraterrestres y daría un impulso a los seres humanos difícil de imaginar prolongando la vida y erradicando prácticamente todas la enfermedades. Del mismo modo el planeta en su conjunto vería cambios en su ecología, regenerándose  de una forma definitiva. Y que podemos decir del intercambio tecnológico y científico que llegaría a la Tierra si los seres humanos diesen ese salto definitivo como especie cohabitando pacíficamente con otras civilizaciones de esta y otras galaxias.

Al parecer, alguna de las condiciones que proponen los extraterrestres para determinados intercambios tecnológicos vienen establecidas por la erradicación de todas desigualdades en el mundo, la desaparición de las guerras así como potenciar previamente un enfoque más social y espiritual para que una nueva filosofía vaya calando en la sociedad, un pensamiento no materialista ni consumista (algo que obviamente chocaría con el sistema económico actual donde se incentiva precisamente el consumismo). Ciertamente algo así no se consigue de la noche a la mañana, pero que podrían decir ahora (si fuese posible) los ciudadanos del antiguo Imperio Romano comprobando que la esclavitud no es necesaria muchos siglos después y como los seres humanos de este tiempo poseen mayor grado de felicidad,  deduciéndose por tanto que buena parte de su filosofía, de entender el mundo, estaba ese tiempo equivocada.


Abraham Lincoln
Se entiende, que al final de este camino, llegara ese contacto oficial entre las civilizaciones extraterrestres que ahora visitan la Tierra y los seres humanos en su conjunto. Tal vez, llegado ese momento, a más de un político de altas esferas le pille con el paso cambiado y  quizás ese mismo dirigente perciba como su poder decrece pues habrá llegado la hora de construir otra sociedad mucho mejor sobre nuevos principios. Si echamos un vistazo atrás, a nuestra propia historia global, siempre han surgido personas capaces de imprimir un giro radical a su tiempo, por ejemplo la figura de Jesus de Nazaret durante el Imperio Romano fue determinante impulsando valores humanos a una sociedad romana claramente despiadada con buena parte de sus ciudadanos;  ó bien como también lo fue Mahatma Gandhi frente al Imperio Británico teniendo como única arma en sus manos el pacifismo ó  el mismísimo Abraham Lincoln,  quien tuvo siempre presente la idea de erradicar la esclavitud y hacer de los ciudadanos de Estados Unidos hombres libres, condición básica para construir esa gran nación que es hoy.

Mahatma Gandhi
Por alguna razón, la humanidad siempre se ha movido llevada por impulsos que personas singulares, adelantados a su tiempo; lo mismo que ocurrirá algún día respecto a la cuestión extraterrestre: En el futuro surgirá en algún lugar de este planeta esa persona o personas extraordinarias capaces de dar un giro radical frente a la ocultación del fenómeno extraterrestre y entonces el ser humano dará ese paso definitivo en su evolución, horizontes que se encuentran fuera de los limites  de este planeta.


Del libro: Los grandes contactados, de Manuel Navas Arcos

CAPITULO XVI

Estos seres hablaron en inglés y dijeron a Eisen­hower que querían un programa de educación para la gente de la Tierra, para alertar a la humanidad de su presencia.

DWIGHT EISENHOWER ‑ J.F. KENNEDY
(Presidentes ambos de los E.E.U.U.)

A todos los investigadores de la temática extraterrestre, tarde o temprano le hacen la siguiente pregunta: ¿Por qué estos pilotos, provenientes de otros mundos, no contactan con los Jefes de Gobierno?.
Mi respuesta particular se traduce en a continuación transcribirles las experien­cias de contacto que mantuvieron personajes como: Dwight Eisenhower, J.F. Kennedy, Juan XXIII y Jimmy Carter.
El que fuera presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower, se entrevistó con seres de otros planetas hace 36 años, tal como lo revela un alto oficial del gobierno británico.
De acuerdo con el Conde Clancarty, miembro del Parlamento y autor de siete libros sobre ovnis, la reunión de alto secreto tuvo lugar en 1.954 en la Base de las Fuerzas Aéreas Edwards en California.
Lord Clancarty que encabezaba un grupo de la Casa de los Lores, exige que el gobierno británico revele la clasificada información sobre ovnis, dice que él fue informado sobre el increíble encuentro, por un alto piloto de pruebas norteamerica­no. El piloto dijo que fue una de las seis personas en la entrevista de Eisenhower con los extraterrestres. Lord Clancarty reveló: El había sido llamado como consejero técnico por su reputación y habilidad como piloto de pruebas.
El piloto de pruebas dijo a Lord Clancarty: Cinco diferentes naves extraterrenas aterrizaron en la Base. Había tres con forma de platillo y dos tenían forma de cigarros. Eisenhower que estaba de vacaciones cerca de Palm Springs en ese año parecía aparentemente convocado a la Base por oficiales militares. El y su pequeño grupo observaron a los seres del espacio desembarcar y luego aproximarse a ellos. Los extraterrestres parecían algo así como humanos, pero no exactamente, dijo el piloto. Estos seres hablaron en inglés y dijeron a Eisenhower que querían un programa de educación para la gente de la Tierra, para alertar a la humanidad de su presencia. Eisenhower les dijo que no creía que el mundo estaba preparado para ello, y estaba preocupado que esta revelación causara pánico, según dijo el piloto.
Los extraterrestres parecían comprender y lo acordaron. Luego dijeron que 120 continuarían haciendo contactos a nivel individual, hasta que la gente de la Tierra llegara a hacerse a ellos.
Ellos mostraron sus naves espaciales al Presidente, dijo el piloto, y también le mostraron sus habilidades de hacerse invisibles. Esto realmente molestó y causó disconformidad al Presidente, ya que ninguno de los allí presentes, podíamos verlos, aún sabiendo que estaban allí. Los extraterrestres abordaron después sus naves y se marcharon. Todo quedó en el más completo secreto.


UFO - OVNI
Lord Clancarty dijo: El piloto afirmó que nuca había hablado de ello a otra persona, ya que excepto él todos los involucrados estaban muertos.
Rumores sobre la reunión de Eisenhower con los seres del espacio habían circulado por décadas. Durante la mitad de los años 50, un sargento comentó al experto en ovnis Gabe Green en Los Angeles, sobre los extraterrestres y su llegada a Edwards.
Increíble, dice Berlitz.  Eisenhower misteriosamente, desapareció de su retiro en Palm Springs, no lejos de Muroc, el 20 de Febrero de 1.954, la fecha del reporte de la reunión.
Asimismo, la revista NO ESTAMOS SOLOS  en Octubre de 1.985 publica un artículo donde nos narra las experiencias de contacto que mantuvieron J.F. Kennedy y N. Kruschev con seres del espacio. El citado trabajo dice así: ...Después los extraterrestres, intervinieron para resolver otra crisis mundial: la de CUBA. En 1.963 el entonces presidente de los Estados Unidos. J.F. Kennedy y el líder soviético N. Kruschev entraron en desacuerdo por la instalación de misiles soviéticos en la isla de Cuba por lo que los Estados Unidos amenazaron de intervenir incluso con armas nucleares. En este periódo, el contactista Eugenio Siragusa., directo mensajero de los extraterrestres, divulgó en todo el mundo un comunicado; en este, afirmaba que la crisis cubana no causaría una guerra atómica entre naciones, ya que se daría una toma de conciencia y un serio arrepentimiento por parte de los presidentes de las dos superpotencias, a fin de evitar la destrucción del género humano. De hecho, los misiles fueron desmantelados y devueltos a Rusia. El mismo presidente Kennedy, dio la prueba del despertar de su conciencia en el discurso efectuado a la O.N.U. el 20‑9‑1963 exclamando: ¡CIUDADANOS DE ESTE PLANETA!. ¡SALVEMOS AL MUNDO DE LA DESTRUCCION Y EL HAMBRE!


Isla de Cuba
Sabemos que, efectivamente, el presidente Kennedy y el jefe de Rusia Kruschev fueron visitados por los extraterrestres y, por su iniciativa, fue aplicado El PACTO ROJO entre Moscú y Washington para evitar una guerra atómica. El encuentro de J.F. Kennedy sucedió el 24 de marzo de 1.963, cuando en la base de Edwars en California aterrizó un disco volante del que descendieron dos seres de otro mundo preguntando por él. Este, rápidamente informado, llegó al día siguiente, o sea, el 25 de marzo de 1.963 y tuvo con ellos un coloquio extenso.



  
(Aunque no está exactamente relacionado con la Crisis de los misiles de Cuba, me parece interesante transcribir una parte del magnífico libro: Extraterrestres, de Rafael Palacios, como ampliación del encuentro de Eisenhower con los extraterrestres).

Pag.39

Si las informaciones de Bill Cooper son correctas, al tiempo que se producía el contacto con estos extraterrestres grises, una raza de Extraterrestres totalmente humanos se entrevistó con el Gobierno norteamericano en un lugar que Cooper no puede precisar. Lo que sabe es que “estos extraterrestres procedentes, presuntamente, de las Pléyades, avisaron a los gobernantes estadounidenses que tuvieran cuidado con esa raza de extraterrestres, ofreciéndose para ayudarnos en nuestro desarrollo espiritual. Para ello, solicitaron a los gobernantes que abandonaran las armas atómicas y que lucharan por la justicia y por la regeneración ambiental de la Tierra. Esta raza se negaba a donar tecnología a una raza tan demostradamente belicosa como la humana”. Confirmando este dato, en el año 1952 se publicó en varios periódicos norteamericanos que una cantidad de ovnis habían sido vistos sobrevolando la ciudad de Washington, en las áreas de la Casa Blanca, el Pentágono y el Capitolio. Muchos de los testigos eran personal de las Fuerzas Aéreas que se hicieron eco de las informaciones aparecidas en el radar, lo que hizo que la base de Saint Andrews se pusiera en alerta. Un experto, identificado posteriormente como el Capitán E. J. Ruppelt, hizo las siguientes declaraciones: “No tenemos evidencias de que fueran platillos volantes, pero tampoco tenemos evidencias de que no lo fueran. Simplemente, no sabemos lo que eran”. Los objetos se movían a una altura de 500 metros y describían las típicas aceleraciones propias de las naves venidas de otros mundos. Otro experto del departamento de Inteligencia aeroespacial de la Base de las Fuerzas Aéreas de Wrigtht-Patteron, en Ohio, fue enviado a investigar el tema.
Para algunos, éste fue el intento por parte de una raza gente de las estrellas completamente humanas por evitar lo que iba a suceder poco tiempo después: el encuentro del presidente de los Estados Unidos de América con una raza de seres de perversas intenciones. Tanto Bob Dean, como Bill Cooper o Clifford Stone, entre otros muchos, coinciden al describir la raza de humanos estelares. “si los vieras por la calles no los diferenciarías de cualquier otro ser humano”.
La veracidad de estas trascendentales informaciones ha sido investigada a través de los archivos de prensa de la época y la propia agenda de actos del Presidente Eisenhower. De acuerdo a los datos que se hicieron públicos en la época, el Presidente se tomó unas inesperadas vacaciones entre el 17 y el 21 de febrero de 1954, en Palm Springs, California. Sorprendentemente, el 20 de enero el presidente “desapareció”, es decir, nadie le encontraba, lo que dio lugar a especulaciones sobre que, quizás, había muerto. Su secretario de prensa dio una rueda de prensa bastante inusual el mismo día 20, explicando que había perdido un empaste de un diente y había tenido que ir al odontólogo. Tal fue el revuelo originado que al día siguiente apareció, en rueda de prensa, el propio “dentista del presidente”. Sin embargo, el investigador William Moore, que se pudo hacer con los documentos oficiales de este incidente, comprobó que la historia del dentista era una tapadera para ocultar dónde había estado realmente él. Siempre según Cooper, y corroborando las informaciones anteriores “existe un filme de todo esto y que sería la base sobre la que se inspiró Spielberg, al que el MJ-12 habría sugerido “reformas” en su film para que no se pareciera demasiado a la realidad. El acuerdo sería que nadie interferiría en el futuro del otro, y se mantendría en secreto. Los Aliens proporcionarían tecnología a los norteamericanos comprometiéndose a no proporcionársela a ninguna otra nación. Al parecer, mentirían una vez más y harían el mismo pacto con los soviéticos”.



El coronel Phil Corso confirma que el Proyecto Sigma, finalmente, logró establecer comunicación con los extraterrestres, pues vio esos documentos cuando trabajaba en la Casa Blanca, aunque no aclara la fecha en que esto sucedió.
“Estuve cuatro años en la Casa Blanca y empecé a recibir informes, pero eran sólo informes. Tenía todos los permisos de seguridad, así que podía obtener los informes, incluso los que estaban en código secreto. Una vez conseguí uno que decía que la NSA estaba recogiendo señales del espacio, que no eran simplemente ruido espacial, o cifrados, o algo que no pudiésemos leer; eran señales muy perfectas y parecía que ‘alguien’ estaba dirigiendo un mensaje real. Pero no fuimos capaces de descifrarlo. Era un mensaje bien coordinado. No era ruido espacial ni nada de eso, ni ruido que estuviese llegando.
Era un patrón de comunicación. La evaluación concluyó que debía provenir de seres del espacio exterior. Yo conseguí ese documento en la Casa Blanca porque tenía todas las autorizaciones de la NSA. Después volví y el General Trudeau me metió en ello. Él había organizado un proyecto de Investigación y Desarrollo. Al principio, yo era un asistente especial. Una semana después, se creó la División de Tecnología Extranjera, y me colocaron al mando. Allí empecé a obtener los informes de la autopsia de extraterrestres, así como de otros accidentes y de los artefactos recuperados. Llegué a visitar el lugar [cerca de Roswell, Nuevo México] un par de veces…

Cuando entré en ‘Investigación y Desarrollo’, heredé todos esos artefactos y los informes de las autopsias del Hospital Walter Reed. En Walter Reed hay un laboratorio, que era financiado por nosotros. Fueron quienes hicieron las autopsias para nosotros. Pero no dejamos allí ni una copia de los informes. Todas las copias las cogimos porque era nuestro laboratorio, financiado por nosotros. Así que allí empezamos a obtener pruebas de que había ocurrido un accidente realmente en Roswell”. 



domingo, 18 de agosto de 2013

Al Otro Lado de la Luna

Al Otro Lado de la Luna

En la Luna siempre han ocurrido hechos fascinantes, como lo han corroborado los astronautas que allí fueron. Hemos mirado la Luna con fascinación, precisamente porque el satélite natural de la Tierra siempre presenta la misma cara ¿Quizás la Luna no tiene periodo de rotación y por ello aparece siempre igual? La razón es entre curiosa y sospechosa ya que el movimiento de rotación sobre si misma y traslación alrededor de la tierra coinciden y es de 27 días 7 horas y 43 minutos. Por esa razón siempre se nos presenta con la misma cara. Es como si unas inteligencias extraterrestres hubiesen calculado  hasta el mínimo detalle su movimiento, permitiéndoles maniobrar al otro lado de la Luna sin ser vistos por los seres humanos, dejando que los habitantes de la Tierra tuviesen conciencia de ello solo cuando fuesen capaces de enviar sondas y naves tripuladas a ese astro fascinante. Y esas condiciones solo son posibles con un adelanto tecnológico aceptable como el que ahora tenemos.

Desde el inicio de la carrera espacial, como muchos ya saben, los astronautas han visto infinidad de OVNIs acompañándolos en sus vuelos, acercándose a las capsulas o presenciando el alunizaje del modulo lunar Eagle que fue transportado por el Apolo XI, e hizo posible pisar la Luna por primera vez a un ser humano: Lo dio, como todos ya sabemos, Neil Astromg el día 21 de Julio de 1969 en el Mar de la Tranquilidad (un nombre muy poético como puede verse).
Sin duda los cosmonautas soviéticos y los astronautas norteamericanos debieron sentir infinidad de emociones entrecruzadas, tales como la admiración, el asombro, el miedo a lo desconocido, la negra profundidad del espacio y la soledad e indefensión de unos seres humanos frente a la magnificencia del cosmos. Si añadimos la presencia de naves extraterrestres simultaneando con ellos, dueños una tecnología inimaginable, volando y cruzándose en el horizonte, entonces los hechos toman transcendencia cercana a la mitología, como lo fueron los argonautas en las leyendas griegas.

Muchos astronautas, tales como Edgar Mitchell, dieron un paso hacia delante y contaron sus experiencias vividas así como la confirmación de la presencia extraterrestre en la Tierra.


Entrevista radiofonica (subtitulado en español) al astronauta Edgard Mitchell realizada por el locutor de radio Nick Margerrison el dia 23 de Julio de 2008

En esta ocasión he traído un fragmento del libro Bases de OVNIs en la Tierra,  de Douglas O´Brien, donde nos narra de una forma singular aquellos episodios vividos por seres humanos valientes, astronautas que iniciaron la carrera espacial y que fueron testigos de aquellas naves extraterrestres.

Pagina 104

Bases de OVNIS en la Tierra,    de Douglas O´Brien

Capítulo XII

Los viajes espaciales


Desde siempre el hombre ha querido volar y salir del espacio en el que vive habitualmente. Esta manera de pensar ha quedado impresa en todas las manifestaciones de la cultura desde las civilizaciones más antiguas y ahora ese deseo universal y casi eterno se ha hecho realidad, gracias a los avances de la tecnología.
En efecto, en lo que va de siglo el desarrollo técnico ha permitido la creación de flotas de aviones capaces de surcar los cielos, con una velocidad insospechada para nuestros más directos antepasados, y viajar por todo el mundo. Pero el desarrollo de los motores a reacción ha hecho posible cumplir un antiguo sueño de la Humanidad: viajar a los planetas. Si bien es verdad que, actualmente, eso sólo es privilegio de los iniciados en la astronomía y que se deben pasar muchísimas pruebas para llegar a ser astronauta, porque la tecnología actual no está preparada para viajes de grandes grupos, también lo es que todos los comienzos han sido difíciles y trabajosos en el mundo de la ciencia. El hecho de poder abandonar la cotidiana atmósfera terrestre e investigar en el cosmos hace que los hombres comprendan la grandeza del Universo y lo poco que significamos dentro del orden maravilloso que lo domina.
Por otra parte, los resultados parciales obtenidos hasta el momento no ofrecen esperanzas muy alentadoras. Actualmente, sólo las dos superpotencias, los Estados Unidos y la Unión soviética, están capacitadas para lanzar naves al espacio exterior. Los programas previstos disfrutan de la ayuda técnica de sus respectivas fuerzas aéreas, que facilitan los adelantos militares en ese campo, cuando ya están experimentados.

La investigación espacial tiene dos fases: una exclusivamente militar, de obtención de información del enemigo y en la segunda fase se aprovechan de esos conocimientos para la investigación científica propiamente dicha. Los militares tienen la ventaja de que todos los miembros civiles que participan en la investigación, tienen o han tenido relación con las fuerzas armadas o, lo que es lo mismo, ejercen una estrecha supervisión sobre todo lo que hacen los civiles. Y, además, sus medidas de seguridad tienen carácter militar, con lo cual se puede entender, con toda normalidad, el gran secreto que rodea a muchas misiones espaciales, así como los procedimientos de comunicación de los módulos con la base en tierra. Están seguros los militares de que se guardará el más estricto secreto de los descubrimientos que se hagan en el espacio exterior.

Ya hemos hablado anteriormente cuáles son los móviles que hacen que los Estados manejen asombrosas cantidades de dinero en programas de investigación y desarrollo de técnicas de transporte, incluido el espacial. Es notorio que, al margen de los descubrimientos científicos que se puedan realizar, todas las expediciones lunares han tenido como finalidad la búsqueda de elementos, como el titanio, que garantizara un aumento en la producción y un abaratamiento de los costes, en caso de que en la Luna hubiera titanio en grandes cantidades y la explotación fuera fácil. Eso ha contribuido, sin duda, a que los programas de investigación lunar se hayan desarrollado profundamente. Pero, al parecer, no es posible seguir adelante con esos planes, porque no son viables a corto plazo o porque no hay nada provechosos en la Luna. Otro tanto se podría decir de los planetas que actualmente son objeto de estudio.

La realidad de los ovnis


Como ya señalé en otros capítulos, la realidad de los ovnis no admite discusión y, por lógica, cuando una nave terrestre sale de la atmósfera para entrar en el espacio exterior, esto tiene que despertar la curiosidad de nuestros visitantes, los seres extraterrestres. Ahora bien, por medio de la Prensa el público está enterado de que algo ocurre en el espacio, aunque los datos disponibles sean fragmentarios. Son cada vez más las personas que manifiestan sus reservas a los comunicados oficiales, tanto de la Agencia Nacional de Administración Espacial (NASA), como de la Academia de ciencias soviética y su programa de investigación espacial.

Y es que, en muchos de esos viajes, y el publico tiene parcial conocimiento de ello, muchos astronautas han reconocido ver maquinas y aparatos extraños que les observaban, y cuyo manejo era realizado por seres inteligentes, los astronautas tienen la obligación de guardar secreto de todo lo concerniente a su trabajo y, por su condición de militares, no pueden manifestar públicamente todo lo que ellos han visto. Y si hay datos que el público conoce, esto se ha podido conseguir por algún fallo en los sistemas de comunicaciones de las naves, las cuales no comunicaron por el canal secreto que les tienen asignado lo militares, sino que lo hicieron por el canal público, es decir, el que está destinado para las emisoras de radio y televisión.


Hay que desconfiar de muchos programas que, tanto norteamericanos como soviéticos, realizan para fomentar el campo de la investigación. En este punto no estaría de más recordar la protesta diplomática realizada por el gobierno chileno de Salvador allende al de los Estados Unidos, con referencia a un vuelo de investigación científica del Skylab, ese famoso "laboratorio del espacio" que cayó en Australia, en el mes de julio del 79, desintegrándose en mil pedazos. Una de las funciones de este vuelo estaba en descubrir, por medio de complicados análisis de ondas de luz, los yacimientos de todo tipo de metales, cuyo uso fuera interesante para su aplicación en el campo industrial. Lo que ocurrió, en realidad, fue que esos datos obtenidos en países que no fueran los Estados Unidos no le eran comunicados a los respectivos gobiernos, con lo que quedaba en entredicho el espíritu científico de la expedición. Hay que apuntar que funcionan de forma similar todos los programas espaciales de investigación del comportamiento humano en el espacio exterior.

Aparte de experimentar programas de fabricación de materiales en una zona sin atmósfera, como cristales mucho más pulidos, se desarrollan diversos tipos de enfermedades y su reacción en una zona sin gravedad y, cómo no (y estoy seguro que esto aterrorizara a más de uno), experiencias con bacterias que, sin duda, habría que inscribirlas dentro de la guerra bacteriológica. Las superpotencias le van concediendo creciente importancia a la nueva ciencia, la parapsicología, y en virtud de esa valoración se realizan en el espacio pruebas para estudiar la telepatía. Para nadie es un secreto que, en los vuelos espaciales, se realizan estas experiencias que han sido confirmadas por las agencias especializadas en el tema.

Visto todo esto en su conjunto, queda claro que, en los viajes espaciales, lo que importa son los resultados. Hay materiales que son necesarios en la creación de nuevos tipos de maquinaria tecnológicamente necesaria y cuyos costes de obtención son muy elevados. Si en el espacio, en la Luna, fuesen más asequibles, sería estupendo y es ahí donde hay que buscar muchas explicaciones para los viajes espaciales. Pero, como ya hemos dicho, muchos astronautas han reconocido haber visto objetos volantes no identificados y esto es una realidad.

Cuando el hombre pisó la Luna por primera vez circuló la noticia de que existía una grabación que no había sido hecha pública por la NASA, en la cual el astronauta comunicaba a la base que, en los cráteres cercanos, había naves que le estaban vigilando. Pues bien, estos comentarios que son absolutamente ciertos, han sido conocidos por el mundo por un error de los tripulantes que no se dieron cuenta de comunicar con el centro militar asignado por el canal en la clave ya determinada y lo hicieron por otro por el que podían ser oídos por la radio y la televisión, al tratarse de un canal utilizado por esos medios de comunicación.
Generalmente, y esto el publico lo ignora, los astronautas reciben una formación psicológica para que sepan que se encontrarán con objetos extraños que les estarán vigilando y les dan instrucciones sobre la forma de comportarse en esos momentos. Una misión espacial necesita una inversión de miles de millones de dólares y por eso se exige que el personal esté superpreparado y dispuesto a enfrentarse con los ovnis, sin ningún temor a los extraterrestres.

Hasta la fecha, los platillos volantes no han mostrado hostilidad contra las naves espaciales terrestres y, por eso, se prepara a los astronautas para que acepten el contacto visual con esos seres y naves de otros planetas. En general, muchos aguantan tranquilamente el impacto de la visión, pero, en ocasiones, se hace insoportable para algunos pilotos. Es quizá ésta una de las cualidades más admirables de los pilotos soviéticos, los cuales han demostrado una entereza encomiable, aunque algunos pocos han precisado asistencia psiquiátrica al llegar a tierra.


Todas las naves tienen colocados unos emisores de rayos ultravioleta para comunicar con sus bases en tierra. Este procedimiento de comunicación es prácticamente imposible de interceptar por el enemigo, lo cual, unido a una clave difícil, hace que la seguridad del mensaje sea total. Hay que puntualizar que, cuando digo averiguar las conversaciones, me refiero a las redes de escuchas de los servicios de información militar del enemigo y no a los radioaficionados, los cuales no tienen ninguna posibilidad de descifrar los mensajes, salvo por error del piloto.
El procedimiento de emisión de rayos ultravioleta tienen una desventaja, y es que, si el enemigo no quiere que el mensaje se transmita, basta con enviar un haz de rayos ultravioleta a la zona de emisión, para provocar interferencias que hagan imposible la recepción con claridad. En la guerra electrónica hay detalles que son impresionantes, pero, por lo general, los militares e investigadores se comportan como caballeros y no provocan nunca al adversario.
En este capitulo de los vuelos espaciales, hay que señalar que, en muchos de ellos ha habido avistamientos de ovnis durante bastante tiempo y se dispone de pruebas gráficas de cuanto digo, pero la censura ha ido en contra de todo ello de manera inmediata.

Las naves espaciales terrestres y los ovnis


Quiero recordar el caso del Géminis IV, en misión en junio del 65. El astronauta Mcdivitt manifestó que había visto un ovni cuando estaba en órbita; afortunadamente para él fue muy convincente la explicación que dio la NASA. Este hecho fue comentado, incluso, en el informe Condon, cuando señala "los grandes brazos que salían de un objeto, similares a antenas, y acercándose a la cápsula tanto que estuve a punto de hacer variar el rumbo de la nave, llegó a tomar fotos". Posteriormente, los análisis de la NASA "demostraron" que era un efecto óptico de su propia cápsula. Este astronauta también vio otro objeto, pero fue imposible definirlo por encontrarse muy lejos.

Otros datos facilitados por el informe Condon se refieren al Géminis VII, en el que viajaban Frank Bormann y James A. Lowell Jr., quienes descubrieron a varios ovnis en formación. Según un informe de la NASA, fueron objeto de una alucinación motivada por los trece días de estancia en el espacio y por la responsabilidad de ser una misión en la que se realizaba el acoplamiento con otra nave, el Géminis VI.
En el vuelo del Géminis VI, el astronauta acompañante Edward H. White, que efectuó una salida al espacio de veintitrés minutos, observó claramente el mismo objeto que su compañero, pero a distancia. Este, en cambio, no informó más que a sus superiores.

Lo lamentable del caso es que el publico no piensa en los intentos de ocultar todo lo relacionado con los ovnis, también por parte soviética, ya que ellos se han visto en parecidos trances a los largo de su historia espacial. Y hay una diferencia de comportamiento en los intentos de la censura en ambos países, como bien pudieron comprobar los norteamericanos recientemente, durante el intento de ensamblaje espacial entre astronautas soviéticos y norteamericanos. Los pilotos soviéticos, en caso de que reconozcan públicamente que han visto ovnis en el espacio exterior, serán expulsados del programa espacial automáticamente y vigilados estrechamente por la policía secreta.

Además, en caso de persistir en su actitud, amenazando con ello la seguridad el Estado, serán enviados al hospital psiquiátrico de alta seguridad de Sychyovka, en la región de Smolensk, donde ya no supondrán ninguna molestia para el régimen soviético.
Fue un autentico "bombazo" la filtración a la Prensa de lo ocurrido en el vuelo del Apolo XI, tripulado por Neil A. Amstrong, Edwin Aldrin Jr. Y Michael Collins. Unos minutos de conversación fueron escuchados por los radioaficionados, merced a un descuido de los sistemas de seguridad de comunicaciones. Entonces los investigadores privados de ovnis se lanzaron a la caza de información de las experiencias de los astronautas, aunque el personal cualificado de la NASA les respondió con una rotunda negativa. Esos investigadores pensaban, quizá, ingenuamente que se les iba a facilitar cuanta información ellos deseaban.

Todo lo relacionado con el tema de los ovnis se considera secreto de Estado, y los astronautas que revelen algún detalle tendrán penas severísimas. A pesar de todo, alguno de ellos suele hacer interesantes declaraciones afirmando que cree en la vida de otros mundos y otras de tipo filosófico, pero hay que comprender que las visiones espaciales pueden hacer estragos en la mente del sujeto mejor templado.
Desde que se inició la historia espacial, el desarrollo conseguido ha sido estudiado de cerca por nuestros "vecinos" los extraterrestres. En el año 1957 se lanzó la primera nave espacial soviética y entonces se dijo que el lanzamiento no se había realizado, que todo era un fraude. Los más optimistas anunciaban, a bombo y platillo, que el hombre había conquistado el Cosmos plenamente.
Lo que sí es realidad es que todos los vuelos fueron seguidos por naves extraterrestres y que los vuelos lunares han hecho que los ministerio de Defensa aumentaran los presupuestos para la investigación espacial.
Los vuelos soviéticos no tripulados a la Luna han tenido una historia que, si bien hay que incluirla dentro de la investigación científica, sería un error circunscribiría puramente al análisis lunar. Una misión científica importante fue la realizada por el aparato soviético Lunik 3, lanzado el 4 de octubre de 1959. Sacó fotografías de la cara oculta de la Luna, donde observaron alineaciones extrañas de objetos similares a los famosos platillos volantes. El alto estado mayor soviético calculó que se trataba de una base de esos aparatos y aumentaron la investigación en la zona. Lamentablemente, nuestra tecnología espacial era muy limitada y, dado que el comportamiento de esos seres no era violento, se esperó, pacientemente, a que una nueva nave llegase al espacio para confirmar las sospechas. Seis años más tarde, los rusos lanzaron a esa zona un vehículo mucho más perfecto técnicamente, pues, no en vano, habían pasado todo ese tiempo en continuas investigaciones. Los analistas del servicio militar norteamericano de información y el mundo se enteraron de que los soviéticos lanzaban al espacio una nave con la misión genérica de investigar. Se trataba del Zond - 3, lanzado el 18 de julio de 1965, que tenía por fin obtener fotografías de la cara oculta de la Luna. ¿Cuáles fueron los resultados? Quizá algún día se haga publica la verdad, pero debió de ser algo poco halagador, pues, de pronto, los rusos suspendieron los lanzamientos en esa dirección. Se especula con el hecho de que pudieran recibir una seria advertencia. Y únicamente aprovecharon los vuelos Lunik 14 y Zond 5, colocados en órbita lunar. El Zond 5 pudo ser recuperado y sirvió para estudiar las radiaciones y el material fotográfico.

Aunque los norteamericanos no perdieron el tren espacial, lo cierto es que terminaron en rotundos fracasos los primeros intentos de emular a los rusos, no logrando los datos que esperaban sobre esa zona.

La luna ha sido siempre un punto de mira interesante para los analistas militares de ovnis que han recogido muestras para sus estudios por medio de las fotografías de los satélites o de los informes visuales de los pilotos espaciales. Los vehículos Lunik 17 y 21 trajeron en sus aparatos Lunohood varias colecciones de fotos de unos aparatos metálicos extraños que les observaban. Quizá sea esa la causa por la que los soviéticos no se atrevieron a enviar tripulantes a nuestro satélite; había allí algo que no les infundía tranquilidad a los rusos.

No obstante, las sorpresas iban a ser mayores en el futuro, pues, ya en los comienzos de los vuelos tripulados del Programa Mercury, empezaron a sobresaltarse los responsables de la censura y de la seguridad. En efecto, el "NORAD" siguió el descenso de la cápsula "Friendship 7", tripulada por J. H. Glenn, lanzada el 20 de febrero de 1962, que completó tres órbitas, con una duración de cuatro horas y cincuenta y cinco minutos. Advirtieron desde el "NORAD" que un objeto estaba pegado al aparato que bajaba y se apartó de su lado al entrar en la atmósfera. Con ello, se vio la necesidad de preparar a los astronautas para encuentros posteriores.


Un asunto no aclarado aún fue el ocurrido con el primer vuelo Géminis I, que no pudo ser recuperado; aunque era experimental, algo hizo que la radiación aumentara de tal modo que se hacía muy peligrosa la recuperación de la nave. Ante el miedo que supuso el hecho de que hubiera sido atacada por los tripulantes de los ovnis, lo que era, tal vez, una advertencia para que no se continuase en los intentos de salir al espacio, se lanzó después una nave sin tripulación que no sufrió ningún desperfecto.
El vuelo del Géminis IV ya ha sido comentado, así como lo ocurrido en el Géminis VII que tenía que ser recogido por el Géminis VI, y en el que los pilotos, lo mismo que los del Géminis VI, Walter Schirra Jr. y Thomas Stafford, apreciaron los intentos de vigilancia de los objetos desconocidos.

También los tripulantes del Géminis IX fueron objeto de la curiosidad de nuestros vecinos. En ese vuelo se realizaron intentos de encuentros con un vehículo ATDA, así como una salida al espacio exterior realizada por Eugene P. Cernan, durante ciento veintiocho minutos. Este debió pasar un mal rato cuando vio la gigantesca nave que les observaba, aunque situada a una distancia considerable. Los intentos de pretender ignorar a los vigilantes ovnis han estado a punto de provocar ataques de histeria en el espacio, pues es terrible la sensación de impotencia que padecen los astronautas, lo que hace que, una vez en tierra, los oficiales de seguridad tienen una enorme responsabilidad para conseguir que no cuenten a nadie lo que han visto y que les ha causado tanto miedo.

Los tripulantes del programa Géminis aun tuvieron más avistamientos, como los del Géminis XI, tripulado por Charles Conrad Jr. Y F. Gordon Jr. Y los del Géminis XII, tripulado por James A. Lowell Jr. (Que tripulaba el Géminis VII), con experiencia ya en avistamientos, y Edwin Aldrin Jr. Estos dos astronautas, en su segundo día de estancia en el espacio exterior, fueron acompañados, durante tres horas, por una nave de doce metros de diámetro, que despedía unas luces brillantes que cambiaban de tono a medida que aumentaba la velocidad del aparato.


Afortunadamente para los pilotos, ya acostumbrados a estas experiencias, no sufrieron sorpresas desagradables al iniciarse el proyecto Apolo. Hasta entonces los medios de seguridad y comunicación con las bases militares de tierra no habían variado; no debemos olvidar que los astronautas son todos militares y que, como tales, deben guardar secreto de cuanto se relacione con el tema de los ovnis en sus misiones espaciales. Los militares han afirmado, una y otra vez, que los ovnis no existen, pero a mí se me ocurre preguntar ¿cómo es posible que se gasten todos los años millones de dólares en investigar algo que, según ellos, no existe?
Por lo que se refiere a los ovnis, el programa Apolo, con sus diecisiete vehículos, tampoco fue una excepción. Los secretos militares y los analistas de la NASA, disponen de más de un millar de fotografías de objetos volantes no identificados que fueron sacadas por las distintas naves de ese programa.

El vuelo séptimo de la serie Apolo fue el primero tripulado de este programa por Walter M. Schirra, Don F. Eisele y R. Walter Cunningham, los cuales estuvieron once días en el espacio exterior, realizando todo tipo de experiencias, entre las que estaban las de telepatía y otras secretas, mientras se reían públicamente de estas practicas los científicos más destacados de la NASA. Pero en el curso de estos experimentos algo hizo palidecer a los controladores de tierra: mientras estaban realizando la experiencia en órbita, el astronauta encargado de llevarlas a cabo, entró en trance y empezó a decir cosas sin sentido y palabras ininteligibles. Pensaron que habría sufrido un ataque, pero al momento apareció en las pantallas de radar una enorme aeronave que siguió a la terrestre durante algún tiempo, para perderse luego en el espacio. Este episodio fue analizado por los psicólogos, durante mucho tiempo, sin llegar a conclusiones definitivas.

Testimonio del Apolo - 8

El Apolo 8 fue lanzado el 21 de diciembre de 1968 y, tripulado por Frank Bormann, James A. Lowell y William Anders, dio diez órbitas a la Luna. Observaron atónitos los mismo que las cámaras de las sondas soviéticas habían fotografiado en la cara oculta de la Luna y lo transmitieron por el canal secreto, una vez que llegaron a la zona desde la que podían comunicar. Debemos recordar que un vehículo en la parte oculta de la Luna no puede transmitir nada a la Tierra si no cuenta con la ayuda de un satélite de comunicación. Allí observaron hileras de objetos y plataformas móviles, pues a cada nueva vuelta están en lugares diferentes. Cuando el Apolo 8 se encontraba en la parte oculta de nuestro satélite natural, los ovnis se acercaban a la nave espacial. Debido a la preparación psicológica a que habían estado sometidos, los astronautas no se impresionaron en absoluto, ya que eso significaba para ellos pura rutina.

La Luna vista desde la atmosfera terrestre
Pero la gran sorpresa la tuvieron los miembros de los servicios de información encargados de la censura, con ocasión del vuelo del Apolo 10, cuando transmitía imágenes de televisión a la tierra y captó en sus pantallas la sombra de un ovni. El susto y la sorpresa fueron tremendos y se logró censurar esas imágenes. A partir de ese momento, siempre que fueran transmitidas por televisión, se retrasaban un poco las imágenes (se hacia, lo que se conoce en el argot televisivo, "el bucle").
Detrás de los vuelos siguientes de los Apolos estuvieron, cómo no, las miradas inquisidoras de las naves desconocidas que mostraron un especial interés en el vuelo del Apolo 13, que no pudo alunizar porque lo impidió una "explosión".

Los astronautas soviéticos han tenido desagradables encuentros en el espacio, pero esos pilotos se han caracterizado siempre por una mayor sangre fría que los americanos. Y hay que apuntar que ellos no tienen tantas oportunidades de informar al público de sus correrías espaciales. Ya he comentado eso al hablar de las misiones de las sondas soviéticas en su investigación de la Luna y de su sorprendente cara oculta. El hecho de que los rusos hayan investigado la superficie lunar por medio de aparatos técnicos, como el Lunohood, y no se hayan atrevido a enviar a realizar las misiones a seres humanos, como hicieron los norteamericanos, llevó a pensar mal. Antes de que los americanos pisaran la Luna. Los servicios secretos militares creyeron que esa actitud recelosa de los soviéticos obedecía a que habían descubierto algo sensacional o que, tal vez, los tripulantes de los platillos volantes habían intentado atacarles.

Esto informes fueron realizados a petición de la seguridad de la NASA, pues, en aquella época, los soviéticos se especializaron en pasar agentes provocadores, que, dando informes falsos, hacían que los norteamericanos retrasaran el proyecto de enviar un hombre a la Luna, antes que los rusos. Hay que recordar la promesa de Kennedy de que un norteamericano pisaría la Luna antes de terminar 1969.
Como el asunto ovni era tomado muy en serio y los avistamientos continuaban, cuando los agentes soviéticos dijeron lo que habían descubierto sus astronautas en la cara oculta de la Luna, los agentes de la información militar norteamericana estuvieron meditando largo tiempo si merecía la pena mandar astronautas a nuestro satélite. La información facilitada por los soviéticos fue la de que los satélites rusos habían descubierto una base abandonada y que, dado el potencial tecnológico de esa época, no permitía enviar naves exploradoras. Y añadían que no se podía garantizar que resultase interesante en los aspectos prácticos. Los mandos militares soviéticos decidieron atacar esa base, pues, aunque se descartaba la posibilidad de que tuviera origen terrestre, era claro que podía ser perjudicial para la Tierra. Entonces fueron estudiadas las distintas alternativas de ataque contra la base desconocida y todos se inclinaron por el ataque bacteriológico. Se realizó con un tipo de bacterias que permanecían vivas mucho tiempo, en las peores condiciones.

Cuando los miembros del Consejo Nacional de Seguridad norteamericanos se enteraron de esto y oyeron los informes de los científicos, la cosa parecía de película de ciencia ficción y no se dio crédito a las informaciones. Los agentes que hicieron las anteriores declaraciones fueron detenidos por provocación al llegar a los servicios secretos norteamericanos. Pero no estaban muy convencidos de lo que hacían, pues la tecnología soviética estaba en condiciones de poner un hombre en la Luna. Entonces ¿Por qué no lo hacía? Por otra parte, las misiones no clarificadas sugerían posibilidades de dar verosimilitud al asunto y, además, los informes del contraespionaje habían captado el rumor extendido por los servicios secretos soviéticos de que la Luna ya había sido pisada por los rusos en secreto.

Los militares dieron el visto bueno a la misión que habría de poner a un hombre en la Luna y esa fue la razón de que los astronautas estuviesen posteriormente en cuarentena. Quizá a causa de una bacteria que soporta condiciones en las cuales no puede desarrollarse ninguna otra de las conocidas y que podía haber sido cultivada en los laboratorios de guerra bacteriológica. Una vez que hubo pasado la cuarentena, los norteamericanos comprobaron que el rumor era una provocación de los rusos, sin ningún fundamente real. Esto es una nueva muestra de cómo van las cosas entre bastidores en las agencias espaciales.

Los soviéticos, desde hace bastantes años, han tenido la costumbre de intoxicar a nuestros servicios secretos con las afirmaciones de que han conseguido capturar un ovni o copiar sus secretos tecnológicos. Cada vez que un astronauta soviético acudía a la recepción de alguna embajada o a alguna fiesta y veía allí a un diplomático norteamericano que le comunicaba los datos obtenido en los avistamientos de ovnis por los astronautas norteamericanos, el ruso le contestaba muy serio que así ellos no lo hubieran conseguido nunca, pero que ya habían corregido el procedimiento con buenos resultados.


Análisis del suelo lunar realizado por el canal de Youtube: Mundodesconocido
el enlace es el siguiente: http://www.youtube.com/watch?v=kNE1poKgh00 

Al margen de las provocaciones, los astronautas soviéticos deben pasar un curso de adiestramiento sobre los ovnis en la sede del ministerio de Defensa en Moscú. Y además casi todos ellos han divisado o estudiado algún platillo volante. Las practicas de parapsicología son desarrolladas, frecuentemente, en las naves, puesto que, en sus misiones espaciales, estudian el comportamiento del hombre fuera de la gravedad, lo que ofrece, además, inmensas posibilidades de desarrollo intelectual y mental. También llevan a cabo alguna misión militar bastante sospechosa que muy bien podría entrar en el campo del espionaje.

El más importante de los casos de avistamiento en el espacio tuvo lugar en los vuelos de acoplamiento del Soyut 4 con Soyut 5. El primero tripulado por V. A. Satalov, al regresar a la Tierra llevó consigo a los astronautas de la otra nave, E. Hrunov y A. S. Jeliseev. Cuando partieron, el astronauta del Soyut 5, B. Voljnov, lanzó frenéticos avisos a la tierra para que le permitieran volver, porque estaba asustado.

Los pilotos del Soyut 11, G. L. Dobrovolskij, V. I. Patsayev y V. Volkov, cuando realizaban el pase a la estación orbital Salyut e indicaban el descenso a la Tierra, fueron acompañados por dos objetos no identificados. Los mensajes de los astronautas fueron bastante largos, pero unos momentos después perecieron al entrar en la atmósfera y las causas de su muerte siguen siendo un misterio.

Los astronautas soviéticos Nicolaev y V. Sebastianov, del vuelo Soyut 9, fueron advertidos, por funcionarios de la seguridad militar soviética, de que no debían hablar a nadie de sus avistamientos, pues ellos habían comenzado a hacer comentarios sobre el tema con todo el mundo.

Durante el vuelo del Soyut 14, de catorce días de duración, desde la estación orbital Salyut fueron observadas oleadas de ovnis que entraban en la atmósfera terrestre.
Los astronautas P. Popovic y J. Artjukin fueron los que estuvieron más tiempo en el espacio y fueron testigos de entradas de ovnis en la atmósfera. Otro tanto se puede decir de los pilotos norteamericanos Bean, Garriot y Lousma. Recientemente, los pilotos Yuri Romanenko y Grechko, en un vuelo orbital de noventa y seis días, registraron más de diez avistamientos de platillos volantes, uno de ellos cuando estaban fuera de la cápsula espacial.

Posteriormente, las tripulaciones han podido ser testigos de nuevos avistamientos y lo que ellos no acaban de comprender es por qué los gobiernos continúan ocultando a los ciudadanos la verdad de los ovnis.
En las sondas que se han lanzado a Marte, Mercurio y Venus ha habido también muchas sorpresas; por ejemplo, algunas extrañas destrucciones de sondas en Venus y unas curiosas fotografías de Marte.

Los programas soviéticos Venera y Marx y el norteamericano Mariner han dejado muchas incógnitas sin despejar, por lo que la respuesta del cosmos no la tienen los servicios secretos, por ahora.
En ese campo la realidad no puede ser tergiversada, pues la existencia de los ovnis es incuestionable. Únicamente puede ser retrasado su descubrimiento al mundo y hasta el momento los servicios de información están logrando éxitos en sus afanes de ocultar a todos ese fenómeno.



El astronauta Edgard Mitchell